Santa Casilda: la luz del barroco español en el Museo Thyssen-Bornemisza

Santa Casilda, pintada por Zurbarán hacia 1635, es una joya del barroco español. En el Museo Thyssen-Bornemisza deslumbra por su luz, realismo y espiritualidad.

Zurbarán y la espiritualidad convertida en luz: un retrato a lo divino en pleno Siglo de Oro

En el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid se encuentra Santa Casilda, obra maestra de Francisco de Zurbarán pintada hacia 1635. Este lienzo refleja la esencia del Siglo de Oro español, combinando maestría técnica, devoción y espiritualidad.

Santa Casilda, hija de un emir árabe de Toledo, se convirtió al cristianismo en secreto y ayudó a los prisioneros cristianos de su padre, llevando alimentos ocultos entre sus ropas. La leyenda cuenta que, al ser sorprendida, los víveres se transformaron milagrosamente en rosas, atributo que aparece en el lienzo entre los pliegues de su vestido.

El óleo destaca la riqueza de la textura de las telas, las joyas y la intensidad del colorido. La luz, protagonista indiscutible, modela la figura de la santa y subraya su monumentalidad frente a un fondo discreto. Los rasgos individualizados de la santa ejemplifican el concepto del “retrato a lo divino”, proyectando atributos sagrados sobre la figura femenina.

La obra recorrió diversas colecciones, desde conventos sevillanos hasta el mariscal Soult en Francia, pasando por colecciones europeas y norteamericanas, hasta ingresar en el Museo Thyssen-Bornemisza en 1979. Este recorrido refleja no solo la popularidad de las santas de Zurbarán, sino también la relevancia de su obra en la historia del arte.

Santa Casilda sigue siendo un testimonio de la devoción barroca y de la maestría de Zurbarán, que a través de la luz, el color y la composición transmite la espiritualidad y grandeza de sus protagonistas.